Cuando el sistema republicano se instauró en España, los diputados monárquicos representaban la mayoría absoluta en las Cortes. No obstante, la República fue aceptada como mal menorante el fracaso de la monarquía, con la condición de que la transformación de las estructuras estatales se realizase de una manera controladay lejos de las pasiones revolucionarias.
En cierto modo, se trataba de una república sin republicanos:el republicanismo era minoritario entre la clase política y la población en general.Además,se encontraba dividido entre dos corrientes principales: los federalistas y los unitarios. Y aún entre los federalistas cabría distinguir entre los moderados, partidarios de aplicar el programa republicano de manera progresiva y haciendo concesiones a los sectores conservadores, y los radicales o intransigentes, que apostaban por una acción rápida mediante el uso incluso de la subversión.
La debilidad con la que nació el nuevo régimen político nunca pudo ser revertida y acabaría conduciendo a su disolución apenas once meses más tarde. Durante ese breve período, se sucedieron cuatro presidentes.La República fue incapaz de afrontar los problemas de gran magnitud, como el conflicto cubano, el cantonalismo o la tercera guerra carlista.
Fuente:National Geographic |
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