La designación de una nueva dinastía para situarse al frente de la monarquía española acabó por enquistarse y dilatarse en el tiempo. Serrano y Prim comprobaron que no se trataba de una operación que afectase solo a los intereses internos españoles, ya de por sí divididos. La sucesión al trono español se convirtió en un asunto por el que se interesaron la mayoría de las cancillerías europeas, puesto que cualquier elección podía influir en las luchas entre Prusia y Francia para convertirse en la potencia hegemónica continental. Finalmente, el elegido fue Amadeo de Saboya, duque de Aostae hijo del rey Víctor ManuelIl de Italia, que aceptó hacerse cargo de la Corona. A pesar de no tener una vinculación efectiva conelterritorio sobre el que iba a reinar, lo avalaba su pertenencia a una casareal de tradiciónliberal,su fe católica y sobre todo el hecho de que su figura no incomodaba a los grandes países europeos. Cuando Amadeose estaba trasladando desde ltalia para ser coronado,en septiembre...